¿Qué es el tiempo libre y el juego?
¿Qué es el tiempo libre y el juego?
Los
cambios socioculturales que se vienen gestando en estos últimos años, en los
países desarrollados, han provocado una profunda modificación no sólo de las
condiciones de vida, sino del mismo concepto de infancia y familia. Los valores
materialistas de mediados del siglo XX, basados en la seguridad económica y en
la mejora de la calidad de vida, nos han conducido a una sociedad del siglo XXI
más rica y con la primacía de valores propios de la sociedad del bienestar.
En esta sociedad del bienestar, una de las conquistas sociales desde el
punto de vista tanto educativo como humano, ha sido la reivindicación del
tiempo libre como un espacio con valor específico propio.
Tiempo
de juego
Ese
tiempo libre lo hemos ido configurando como un espacio de transformación
social, de crecimiento individual y colectivo, de expresión cultural, y de
participación. Tiempo por excelencia de desarrollo de la actividad lúdica,
entendida como el conjunto de actividades libres, placenteras y gratuitas, en
el sentido más estricto de la palabra, es decir, sin finalidad aparente.
La actividad lúdica posibilita a la persona su desarrollo integral:
crecer por dentro y por fuera, disfrutar de la naturaleza, el arte, los otros,
e incluso, de uno mismo, y se caracteriza por su capacidad de JUEGO (de ahí el
adjetivo lúdico unido a actividad).
Mediante el juego interiorizamos las normas y pautas de comportamiento
social, hacemos propios valores y actitudes, despertamos la curiosidad, motor
de aprendizaje, etc. De alguna manera, aquello que hemos aprendido y hemos
vivido se hace, mediante el JUEGO, realmente nuestro, sedimenta y a la vez
emerge, se transforma en experiencia y nos forma.
Es el JUEGO, entendido como actitud existencial, como manera LIBRE,
PLACENTERA Y GRATUITA de abordar la vida, que se puede aplicar a todo sin
corresponder específicamente a nada, lo que nos hace personas capaces de
descubrir, conocer y desear la vida. Sin duda, aspiraciones altamente
"educativas".
Tiempo
Libre
Sin embargo, ¿tienen realmente
tiempo libre los niños? ¿No es cierto, que en nuestra sociedad del tiempo
libre, los niños tienen cada vez el tiempo más ocupado?
El
desarrollo económico, las nuevas estrategias de comunicación, la influencia de
los mas media y los rápidos y espectaculares avances tecnológicos, están
provocando en nuestra sociedad cambios de hábitos que afectan plenamente a las
maneras de vivir y a las maneras de entender el tiempo libre, sobre todo
infantil.
Estos cambios han influido en la oferta infantil del tiempo libre, orientado ésta a actividades que podríamos llamar "más productivas", con una finalidad clara hacia el aprendizaje de contenidos. La sociedad es cada vez más competitiva, está más preocupada por desarrollar contenidos que habilidades tan importantes como las sociales.
Estos cambios han influido en la oferta infantil del tiempo libre, orientado ésta a actividades que podríamos llamar "más productivas", con una finalidad clara hacia el aprendizaje de contenidos. La sociedad es cada vez más competitiva, está más preocupada por desarrollar contenidos que habilidades tan importantes como las sociales.
El concepto de
persona ha ido cambiando hacia un modelo en que prima la eficacia, el ser el
primero, el ser el mejor, descuidando aspectos básicos de la persona como los
valores o las actitudes o su capacidad de ser feliz.
Las necesidades horarias de los padres, sumadas, entre otras, a la influencia del pensamiento competitivo, nos lleva a organizar la agenda de nuestros niños como si se tratara de ministros. Su tiempo libre deja de ser libre para ellos y se "llena" de todo aquello que para nuestra sociedad tiene valor. Y, el juego, desgraciadamente, no se percibe como algo realmente de valor educativo para ellos.
Las necesidades horarias de los padres, sumadas, entre otras, a la influencia del pensamiento competitivo, nos lleva a organizar la agenda de nuestros niños como si se tratara de ministros. Su tiempo libre deja de ser libre para ellos y se "llena" de todo aquello que para nuestra sociedad tiene valor. Y, el juego, desgraciadamente, no se percibe como algo realmente de valor educativo para ellos.
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